Octavio y Victoria habían criado a Tití, era su “hijo del corazón”, pero la Justicia se los quitó, y piden volver a verlo.
Hace más de dos años Octavio Vignolio y Victoria Balda recorrían el Hospital Materno Infantil de la Ciudad de Mar del Plata cuando conocieron a Tití, un bebé que había llegado desde Villa Gesell y al que nadie visitaba.
Estaba en grave estado físico por los maltratos que le daba su mamá. Por medio del Servicio Local de Villa Gesell consiguieron que se los dejaran ver, y fue amor a primera vista. Fue en abril del 2014.
Cuando se volvieron a Balcarce, Octavio y Victoria se volvieron con la promesa de una guarda con fines de adopción. Luego de que fracasó la revinculación con la familia biológica la jueza de Familia de Dolores Verónica Polchowski les dio el Ok para la adopción, pese a que no estaban inscriptos en el Registro de Adoptantes.
Un tiempo después cambió de parecer y Tití fue entregado a una familia de General Guido, que después de algunos días les comunicaron a Octavio y Victoria que no querían adoptarlo, tras lo que el Tribunal de Familia de Dolores determinó que el bebé volviera con ellos.
Pero tres meses después la misma jueza que se los había dado y luego quitado se los volvió a quitar y se lo entregó nuevamente a la familia de General Guido. No sólo eso sino que les impuso a los Vignolio una orden de restricción.
Desde ese momento, hace casi un año y medio, que Octavio y Victoria reclaman que Tití vuelva con ellos, y por eso él corrió los 158 kilómetros que separan a Balcarce de General Guido, lo que le llevó casi tres días.
“Queremos ver a Titi y seguiremos reclamando por él, queremos que se haga justicia”, expresó Octavio.