Luego del episodio registrado con la bebé de un mes y medio que se ahogó con el reflujo después de tomar la leche, consultamos al Dr. Roger Tissera, médico pediatra quien brindó una explicación respecto a como actuar ante la detección de estos casos que son muy comunes en los bebés durante los primeros meses de vida.
Este tipo de procesos generalmente se detectan en los primeros meses del bebé hasta aproximadamente los cuatro meses.
Se trata de un pequeño ahogo espontáneo imprevisto, ya que generalmente no hay elementos que puedan anticipar que puedan ocurrir. Se trata de una apnea, es decir un paro respiratorio que sufre el bebé generalmente porque se produce un reflujo con la misma leche que tomó.
Se puede manifestar inmediatamente luego de alimentarse o incluso horas después.
El reflujo significa que el alimento, en este caso la leche de los bebés lactantes, que está en el estómago sube por el esófago que comunica con la faringe y muchas veces está acompañado de vómito.
Al aparecer el reflujo hace una apnea, es decir que deja de respirar y al pasar algunos segundos el bebé primero se pone pálido, posteriormente empieza a tomar un color azulado y luego sufre un pequeño desvanecimiento. Esto da una sensación fea, como si el bebé estaría muriéndose, pero no lo está.
En la mayoría de los casos el bebé responde espontáneamente.
Ante este tipo de casos inesperados lo principal es no salir corriendo, ni mover, ni zarandear al bebé, ya que de esta manera estamos precipitando o perjudicando el cuadro.
Lo que se debe hacer es colocar al bebé boca abajo apoyado sobre el brazo del mayor, y frotarle la espaldita, y se debe esperar un poquito ya que generalmente empiezan a respirar solitos, mientras se gestiona la movilidad correspondiente para un control.
En la mayoría de los casos el bebé responde.
Hay bebés que pueden sufrir bronco aspiración esto significa que el reflujo o vómito fue tan importante que fue un poquito de leche al pulmón y en este caso persiste un caso respiratorio que hay que tratar.
“El bebé debe dormir boca arriba, sin almohadas; y en una superficie plana en una posición horizontal, o ligeramente elevado sobre la cabecera, pero siempre boca arriba”. Concluyó el Dr. Roger Tissera.