Además de ser fundamental para una conducción segura, la posición de manejo puede arrojar datos de nuestra personalidad. ¿Con cuál te identificás?
La posición de manejo que adoptamos a la hora de subirnos al auto es trascendental para tener una conducción segura. Y dentro de esa postura, el modo en que tomamos el volante con las manos es el aspecto más importante. Pero según estudios psicológicos, las zonas que agarramos, tanto del aro como los rayos del volante, pueden revelar características de personalidad.
El perfeccionista:
Esta es la forma correcta de tomar un volante, también indicado como «9 y 15», si tomamos de referencia las agujas de un reloj. Se trata de una persona que le gusta hacer las cosas en forma correcta y poner mucha atención en los detalles, dando especial importancia a las reglas de juego. Para esta persona no vale la pena hacer cosas si no se hacen bien. El éxito es un sinónimo de su personalidad.
El inseguro:
Tomar el aro con las dos manos en la parte superior (conocido en la jerga automovilística como «conejito»), revela una personalidad ansiosa, que revisa una y otra vez sus proyectos y trabajos hasta estar completamente seguro de si mismo. Huye de las situaciones de riesgo.
El pacificador:
El conductor que pone sus manos sobre los rayos horizontales del volante por lo general suele ser mediador entre sus familiares y amigos. Escapa de las discuciones porque lo ponen incómodo. Sin embargo, muestra una gran habilidad y eficacia para resolver problemas.
El jefe:
Muestra claramente a un líder, una persona que se hacer cargo de las situaciones de un modo claro y decisivo. Los demás lo ven como un consejero, una guía. En el trabajo es blanco de elogios por su liderazgo. Aunque por su naturaleza, le cuesta mucho encontrar una pareja que lo complemente.
El payaso:
Quien por momentos no toma el volante con las manos, es una persona que le pone humor a todo. Es divertirdo y tiene creatividad, por lo que es muy bueno para las artes. Los demás disfrutan mucho de su compañía.
El aventurero:
Aprovecha al máximo cada momento y le encanta vivir al límite. Le interesan los deportes extremos, por ejemplo. Y no le importa enamorarse todas las veces que sea necesarias: siempre juega todas las fichas. Por su mentalidad, se gana el respeto y la admiración de sus seres queridos.
El bonachón:
Lo quieren todos y él se alegra por los demás cuando tienen éxito. Es el típico amigo perfecto. Disfruta de la vida desde un punto de vista amable y positivo.
El «cool»:
Es relajado. No suele tomarse la vida muy en serio. En momentos complicados suele demostrar indiferencia. Vive la vida como si estuviese todo el tiempo de vacaciones.
El minimalista:
Ilustraciones: littlethings.com
Es una persona que no se complica; busca hacer las cosas del modo más simple posible. Prefiere gente genuina a rodearse de personas que no le son últiles para su vida cotidiana. Sus amigos son muy cercanos. Su enfoque de la vida elimina cualquier drama.