- A lo largo de su vida realizó 1.100 donaciones de sangre, lo llaman «el hombre del brazo de oro».
- Harrison es considerado un héroe nacional en su país ya que ayudó a salvar la vida de unos 2,4 millones de bebés.
Corría 1951 y James Harrison necesitaba 13 unidades de sangre para una operación «de las complicadas»: le retirarían un pulmón. A partir de entonces, con tan sólo 14 años prometió que donaría plasma cada vez que pudiera. La fuerza de su promesa, y el valor de su palabra hicieron que James no sólo cumpliera su objetivo con honores, sino que rompió el Record Guinness ayudando a salvar cerca de 2,4 millones de bebés.
“Cuando salí de la operación, mi padre me explicó lo que había ocurrido. Dijo que yo había recibido 13 unidades (litros) de sangre y que personas desconocidas me habían salvado la vida. Él mismo era un donante, así que dije que cuando yo fuera lo suficientemente mayor, me convertiría en un donante de sangre”, señaló Harrison a CNN.
Aunque James odiaba las agujas, no fue motivo suficiente para incumplir el pacto que había hecho consigo mismo, fue así que en 1954 comenzó su carrera caritativa. Tan sólo cerraba sus ojos y trataba de ignorar el dolor.
Según la BBC, a lo largo de su vida realizó 1.100 donaciones de sangre. En este sentido, el Servicio de Donación de Sangre de la Cruz Roja Australiana calcula que Harrison, en el curso de su vida, ayudó a salvar la vida de unos 2,4 millones de bebés.
Cuando Harrison fue sometido a la cirugía en 1951, los médicos descubrieron que tenía lo que los especialistas describieron como una «sangre mágica».
La sangre del australiano contenía un extraño anticuerpo con el cual se podía crear un tratamiento para salvar vidas. Más específicamente, vidas de bebés que sufren la enfermedad hemolítica del recién nacido o EHRN, el cual se trata de un trastorno que se da durante el embarazo, por el cual anticuerpos atacan los glóbulos rojos de la madre.
Por su increíble vocación solidaria fue bautizado como “el hombre con el brazo de oro»: donó sangre casi todas las semanas durante 60 años.
Cuando James cumplió 81 años superó la edad límite para ser donante y aunque señaló que no tenía pensado “retirarse”, el pasado viernes 11 de mayo lo hizo por última vez.
«Durante mi última donación el viernes llegaron unas doce madres con sus bebés para agradecerme lo que he hecho», cuenta Harrison.
La Voz.-