Gianluca y Santino Figueroa miraban atentos el revuelo a su alrededor: en una cirugía que duró nueve horas, un equipo de 44 profesionales separó con éxito a estos siameses, que habían nacido unidos por el periné. A un mes de esa compleja intervención, cada uno estuvo en los brazos de sus padres en la Fundación Hospitalaria, el centro donde se hizo la intervención.
«Ahora tienen más movilidad, el posoperatorio es con consultas todas las semanas. Ellos están muy bien. Son dos chicos totalmente independientes y están muy mimosos ahora», contó ayer, ante los medios, Evelyn, su madre. También recordó: «Cuando nos enteramos de que venían gemelos y siameses, fue algo duro, difícil de procesar. No sabíamos qué iba a pasar con el embarazo», que el equipo de obstetricia que coordina María Junes logró llevar hasta la semana 34 para lograr la mayor madurez fetal posible. El parto fue por cesárea en septiembre pasado. Los pequeños están a punto de cumplir 10 meses.
«Estábamos muy nerviosos al principio, pero siempre fuimos positivos. Eso nos ayudó a salir adelante», agregó Jonatan, el padre de los gemelos.
Los detalles de la intervención, que coordinó Carolina Millán, jefa de Cirugía Pediátrica del centro ubicado en el barrio porteño de Saavedra, al que el año pasado fue derivado el embarazo de alto riesgo de Evelyn, se conocieron recién ayer.
En diálogo con LA NACION, Millán contó que Gianluca y Santino están bien de salud, comenzarán la rehabilitación traumatológica temprana con las extremidades inferiores y en seis meses tendrán nuevas cirugías para ir corrigiendo lo que vaya surgiendo de acuerdo con la evolución durante los controles. «Pero la separación y la reconstrucción de los órganos principales se lograron exitosamente y ellos están muy bien», señaló la cirujana.
No es la primera separación de siameses en el país. En los hospitales Posadas y Garrahan, los equipos especializados en estas intervenciones -de mayor complejidad que un trasplante, según se animan a definir algunos profesionales-, se han atendido algo menos de una decena de casos. «Es inédita para nuestro centro -dijo Pablo Marantz, cardiólogo infantil y director de la Fundación Hospitalaria-. No son procedimientos que se puedan hacer en cualquier centro por su complejidad».