En diálogo con el equipo de la Red Panorama, nuestros colegas de la ciudad de Coronda nos comentaron este suceso. En la ciudad santafesina, la semana pasada, una mujer hace una denuncia al personal policial sobre una paloma que encontró en su casa con un envoltorio amarillo atado a su pata, de manera inusual.
La mujer, que vive a dos cuadras de la cárcel de Coronda, encontró a esta ave intentando volar de una manera extraña, fue allí cuando la rescató y encontró este sospechoso paquete. Al entregarlo al cuerpo policial, lo abrieron y se encontraron con 78 dosis de cocaína.
Luego de la denuncia, el personal de seguridad de la cárcel se encontró con que varios presos, en un sector de arboledas en el patio de la institución, criaban pichones de palomas y los adiestraban para que les ingresaran elementos desde afuera hacia adentro. No sólo eran dosis de drogas, también otras cosas como celulares. Muchas de estas aves, por el peso de lo que portaban, tenían problemas para volar y terminaban falleciendo.
Según la investigación estiman que los traspasos se hacían de afuera hacia adentro, en horarios de la siesta, y también durante la tarde, antes de la bajada del sol.