A pesar de los fuertes vientos y de las enormes olas, un grupo de hombres decidieron participar de un tradicional evento que se realiza todos los 1 de enero en la costa de Rijeka, en Croacia.
Es una tradición cada 1 de enero, decenas de bañistas bajan al muelle que asoma entre las rocas, debajo del hotel Jadran, en Rijeka, y reciben el año nuevo con un baño en las aguas del mar.
Pero este 2018 no comenzó como los anteriores. El mar estaba embravecido y claramente no era aconsejable meterse en sus aguas. Sin embargo, un grupo de turistas decidió desoír los consejos. El saldo fue dos personas muertas.
«Desde el hotel nos habían advertido que no debíamos entrar al mar por los fuertes vientos, pero el tiempo se estaba calmando. Acordamos que no nadaríamos, solo nos quedaríamos allí parados. No obstante, las olas eran tan altas que se produjo la tragedia», contó Josip Povresenic, uno de los organizadores del evento.
Fue un desastre. Decenas de personas terminaron arrastradas al mar, que luego las golpeaba contra las rocas. Un total de 11 bomberos tuvieron que participar de las tareas de rescate. El saldo fue de dos muertos y varios heridos.
——–
San Juan 8.