Se conoce en Marcos Juárez, la intimación a balazos de un domicilio, propiedad de un empresario de ésta ciudad fronteriza.
Previamente al hecho, la víctima, habría recibido extorciones, exigiendo el pago de US$ 50.000 (cincuenta mil dólares), mediante la amenaza de atacar a sus hijos.
Este procedimiento mafioso, hasta ahora nunca se había conocido con anterioridad, aunque la inseguridad en Marcos Juárez es creciente y a la vez, se viene ocultando en toda la zona.
Urge una corrección, del accionar judicial y policial que se encuentra absolutamente deshilachado, sin planificación, prácticamente a la deriva, con falta de personal, y la amenaza de la frontera santafesina.
El poder político brilla por su ausencia y la legisladora Julieta Rinaldi solo tiene presencia en los actos de entrega de regalos y nulo contacto diario con el departamento. A tal punto que existe en la práctica una desvinculación, incluso dentro del mismo signo político, donde ocho (8) intendentes de su propio espacio político se rebelaron contra el poder central.
Corral de Bustos asomó con una tibia manifestación de vecinos, hartos de «pequeños» casos que obligaron al Dr. Massei, supuesto dueño del territorio, (y en rigor, el legislador electo, luego devenido en Ministro) para calmar la incipiente marcha de vecinos. A ésto se suma, la curiosa aparición pública, de muy floja calidad, del Fiscal de Corral de Bustos Pedro Guerra; que en circunstancias normales, es casi imposible conseguirle declaraciones.