Río Cuarto. Una iniciativa solidaria, surgida a 10 mil kilómetros de distancia, empieza a contagiarse en Argentina. La “heladera solidaria”, estrenada hace un año en España, llegó esta semana a territorio cordobés. Es en Río Cuarto, donde apareció la primera.
Eduardo Olguín, socio de una empresa de elaboración de viandas para industrias y dietas, decidió instalar en la vereda de su empresa una “heladera solidaria” con las raciones sobrantes de cada día, para que quien lo necesite pueda tomarlas gratuitamente.
La ONG Asociación de Voluntarios de Gadakao, del País Vasco, fue una de las primeras en colocar una heladera al aire libre, donde los vecinos dejan la comida que les sobra, en lugar de tirarla, “para fomentar el compartir y evitar que se desperdicien los alimentos”.
En Argentina, una iniciativa similar fue implementada por tres dueños de distintos restaurantes de Tucumán. “Retira libremente sólo lo que necesites”, dice aquella heladera social, que tuvo gran repercusión en los últimos días. Después apareció otra en Chaco.
En Río Cuarto, fue una de las empleadas de Olguín la que vio la novedad en las redes sociales y le transmitió la inquietud. “Copiamos la idea porque tenemos excedente diario. Tenemos una empresa de catering , cocinamos para grandes superficies, tanto en Río Cuarto como en Córdoba, desde hace seis años. En total, producimos entre tres y cuatro mil viandas por día. Acá siempre nos quedan entre 90 y 150 viandas sin tocar”, cuenta Eduardo.
Para no perder la calidad ni la cadena de frío de los alimentos, colocaron la heladera frente a la fábrica, en Alem 221 de barrio Alberdi, entre las 11.30 y las 12.30, de lunes a viernes.
“Apostamos a que esto sea un fracaso, a que no venga la gente. Si vienen muchos, es porque estamos en una situación social delicada. Y si vienen, ojalá que lo sepan utilizar. Nosotros siempre recibimos llamadas de copas de leche, de centros vecinales, comedores barriales. No podemos enviarles por razones de bromatología y calidad. Pero si los vienen a retirar, no hay problema”, destacó Eduardo.
Las empleadas de la planta se muestran felices con la iniciativa. “Es toda comida del día, supervisada por nutricionistas, son viandas que se armaron y no las pidieron, menús firmes en cuanto a hidratos. Hoy, hay ravioles y carne con papas, variado”, comentaron.