La Justicia acaba de autorizar la «transferencia embrionaria en útero subrogado».
Se reconocen como «compañeros de la vida». Se conocieron hace 24 años, trabajan juntos y conviven bajo el mismo techo desde hace una década. Siguen a la par y muy unidos pese al doloroso camino que atravesaron tras la ansiada paternidad. En 2010 llegó el primer embarazo, pero luego del primer trimestre, en la semana dieciséis, se detuvo. A ella le diagnosticaron «trombofilia». Las frustraciones acababan de empezar.
El segundo embarazo llegó después de una búsqueda de cinco meses. Estaban ilusionados, algo asustados, pero inmensamente felices. «Son gemelos», les dijo el ginecólogo. La felicidad duró poco. A la semana dieciocho el corazón de uno de ellos ya no latía. El otro bebé murió al salir del vientre de su madre con apenas 26 semanas de gestación y 490 gramos. Fue luego de una internación de urgencia por un cuadro de hipertensión.
Luego de ese segundo trauma, el médico obstetra les aconsejó no volver a buscar otro embarazo por el «alto riesgo» para la salud de la mujer. No obstante, ellos persiguieron el deseo de ser padres. Al mes de volver a intentarlo, en el cumpleaños número 40 de él, se enteraron del embarazo. En el segundo trimestre, comenzaron, otra vez, los problemas. La beba ganaba peso, la placenta no la alimentaba bien y el cuadro se agravaba con el paso de los días. Con 27 semanas de gestación constataron que su corazón ya no latía.
Tras otro largo duelo, la pareja empezó a ver con buenos ojos que una hermana de la mujer «prestara» su útero para gestar el bebé. Se asesoraron con una abogada para no hacer nada fuera de la ley y al poco tiempo presentaron su caso ante la Justicia. Esta semana, la jueza del Tribunal Colegiado de Familia Nº 7 de Rosario, Andrea Brunetti, autorizó la «transferencia embrionaria en útero subrogado».
El fallo, el segundo de estas características en los Tribunales de Rosario, permitirá a juicio de la abogada patrocinante «una legalidad que aporta una solución más al derecho de familia». En la Argentina, aclaró la letrada, «se hacen subrogaciones por contrato«, debido a que la práctica «no está prohibida, pero tampoco regulada».
La resolución marca que, en este caso puntual, no hay lugar siquiera para la suspicacia de si la subrogancia podría estar encubriendo alguna forma de transacción comercial, ya que quien llevará adelante el embarazo es la hermana de la madre genética.
La mujer, de 39 años, pudo a diferencia de su familiar directo llevar a término «tres embarazos completamente normales». Uno de sus hijos fue quien le preguntó por qué no le «prestaba» su panza a la tía para que lograra tener su propio bebé.
«Lo increíble es que de ese comentario surgió todo. La pareja se tomó cuatro meses para pensarlo, incluso con la preocupación de que la situación no afectara a sus sobrinos. Pero los chicos lo entendieron de modo muy simple», detalló la abogada Nadia Parolin.
Clarin.-