Mateo, Capítulo 6, versículos de 9 al 13.
- Padre Nuestro
- que estás en los Cielos,
- santificado sea Tu Nombre.
- Venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la Tierra como en el Cielo.
- El pan nuestro de cada día dánoslo hoy.
- Y perdónanos nuestras ofensas como nosotros también perdonamos a quienes nos ofenden.
- Y no nos hagas caer en la tentación, mas líbranos del mal.
Amén.
- Padre nuestro:
Estas palabras describen la naturaleza y el carácter de Dios, y resumen la verdad del ser. En esta cláusula Jesús establece de una vez y para siempre que la relación entre Dios y el Hombre es la de Padre e Hijo. El hombre al ser hijo de Dios se hace partícipe de su naturaleza, «de tal padre, tal hijo». Y así como Dios es Espíritu Divino, también el hombre lo es, no importando las apariencias ilusorias de lo contrario.
Dios es un Padre misericordioso de la humanidad, eliminando la creencia de la vieja teología de un Dios vengativo y castigador.
Si meditamos en este hecho, comenzarían a perder significado y poder en nuestras vidas las enfermedades y todo lo aparentemente negativo, pues sus raíces se hallan en el temor. Si hacemos consciente estas verdades nuestra existencia se convertiría en una demostración de nuestra perfecta condición espiritual.
Al decir Padre Nuestro estamos revelando el hecho de la hermandad entre los hombres. Esto disipa la ilusión de que los hombres de una determinada raza, nación o color sean superiores a los demás. Y al pronunciar esta oración no solo estamos orando por nosotros mismos sino por toda la humanidad, «somos en verdad, miembros de un solo cuerpo».
- Que estás en los cielos:
Jesús explica que la naturaleza de Dios es estar en los Cielos y la del hombre estar en la Tierra, porque Dios es causa y el hombre efecto o manifestación. Aquí la palabra «cielo» significa Presencia de Dios, y la palabra «tierra», quiere decir manifestación.
La función del hombre es expresar o manifestar a Dios, expresar quiere decir hacer salir, sacar la luz.
- Santificado sea tu nombre:
El nombre de una cosa representa su naturaleza esencial y su carácter. Jesús dice que la naturaleza de Dios es «santificada», cuyo origen etimológico significa «santo, «sano», «sanar». De esta manera la naturaleza de Dios se nos revela perfecta y eternamente buena.
Un efecto es siempre de la misma naturaleza que la causa que los produce, por lo tanto todo lo que proceda de Dios no puede ser menos santificado que El. Tu naturaleza es esencialmente buena, y tú eres creador del bien perfecto.
- Venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad así en la Tierra como en el Cielo:
El hombre como manifestación de Dios tiene un destino ilimitado. Su obra es expresar de forma consciente las ideas abstractas que Dios le proporciona. El hombre es en si una conciencia individualizada, creadora, » existen tantos universos como individuos, los que los conciben por el solo hecho de pensarlos «.
«Venga tu reino», es nuestra misión manifestar en los planos materiales las ideas de Dios. Si solo descubriéramos el plan que El nos ha trazado individualmente y lo lleváramos a cabo todas las puertas se abrirían delante nuestro, todos los obstáculos se desvanecerían, y como consecuencia gozaríamos de felicidad, éxito, dinero y de todas las virtudes del Padre. Para ello tenemos que ponernos en armonía con la Voluntad Superior de Dios porque en su Voluntad está nuestra Paz.
- El Pan Nuestro de cada día dánoslo hoy:
Somos los hijos de un Padre que nos ama, y podemos esperar naturalmente de El todo lo que necesitamos, como de manera natural y espontánea los niños esperan recibir de sus padres. Es la Voluntad de Dios que nuestras vidas sean abundantes. Nuestros recursos financieros, con son mas que canales naturales por los cuales llega a nosotros lo que la Fuente Eterna provee. El número de canales es infinito, pero la fuente es una sola, Dios.
Por ello debemos poner nuestra mente más allá de los aparentes canales materiales, cambiando nuestra creencia limitada y poniendo nuestra conciencia en la única Fuente Infinita que es Dios. Así se irá disipando y desapareciendo la creencia limitada o de escasez. «Tal como lo has pensado, así será».
- Y perdónanos nuestras ofensas, como nosotros también perdonamos a quienes nos ofenden:
El pecado es la sensación de estar separado de Dios, y la causa de todos los sufrimientos, proviene de ese sentimiento de separación. Es la sensación de una existencia absolutamente personal, mientras que la verdad del Ser es que todo es Uno. El mal, el egoísmo y todos los sufrimientos provienen de la negación o el no reconocimiento de esta idea, puesto que lo que le haces a otro te lo estás haciendo a ti mismo. El fin del perdón, es el de hacer desaparecer la ilusión de la separación, con esto nos acercaremos a Dios y al prójimo, disipando todas las culpas que nos atan a un sufrimiento innecesario. El perdón es el escape de la limitación y la culpa.
- Y no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal:
En esta cláusula pedimos que se nos libere de todas las dificultades, recordando esta frase: «Ninguna plaga tocará tu morada, yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo».
Fuente: Metafísica 4 en 1 – Vol 1 – Conny Mendez