Hay mucho que podemos hacer en casa para evitar esta enfermedad, que afecta principalmente a niños y que puede dejar secuelas graves. El acceso a agua segura, el lavado de manos y el cuidado en la manipulación y conservación de los alimentos son clave en la prevención.
El Síndrome Urémico Hemolítico (SUH) es una enfermedad causada por un grupo de bacterias (escherichia coli), que afecta principalmente a niños, pero también puede presentarse en adultos mayores y personas que tienen bajas las defensas debido a otras enfermedades. En algunos casos, puede provocar la muerte o dejar secuelas permanentes.
Comienza con diarrea, con o sin sangre, dolor abdominal y vómitos. Otros síntomas de alarma son palidez, disminución en la eliminación de orina, decaimiento o irritabilidad, y en los bebés y niños pequeños, el rechazo al alimento. Ante cualquiera de estos signos, es fundamental consultar con un médico.
En la prevención del SUH es muy importante el acceso a agua segura, que debe usarse siempre para consumo, para higiene y para preparar los alimentos. Ante cualquier duda, hay que agregar dos gotas de lavandina por cada litro de agua, o hervirla durante tres minutos.
También juegan un papel clave el lavado de manos y el cuidado al manipular, cocinar y conservar los alimentos. En el hogar, y también cuando salimos a comer afuera, hay muchas cosas que podemos hacer para evitar esta infección:
Lavado de manos
La correcta higiene de las manos es fundamental. Lavate siempre las manos:
– Antes de comer, cocinar o manipular alimentos.
– Después de tocar alimentos crudos.
– Después de ir al baño o cambiar pañales.
– Después de acariciar o jugar con mascotas.
Usá agua segura y jabón, frotá palmas, dorso, espacio entre los dedos y muñecas durante 20 segundos, y secate con una toalla limpia o descartable.
Es importante que les enseñes a los niños y niñas cómo lavarse correctamente las manos y por qué hacerlo.
Al cocinar o manipular alimentos
Debemos ser muy cuidadosos a la hora de manipular los alimentos, y evitar siempre el contacto entre alimentos crudos y cocidos, incluso al guardarlos en la heladera.
– Cociná la carne completamente, en especial la molida. No debe estar jugosa, ni rosada en el centro. Exigí lo mismo al comer fuera de casa.
– Evitá cocinar la carne cuando está congelada.
– Al preparar la comida, evitá que los utensilios usados para las carnes crudas tomen contacto con otros alimentos.
-Lavá bien las frutas y verduras -aún las que vienen en bandejas- con agua potable y luego dejalas durante cinco minutos en agua con vinagre o con una gotita de lavandina.