Un automovilista que viaja habitualmente a Marcos Juárez para visitar familiares, el pasado fin de semana, al llegar al peaje de Carcarañá le dijo a la empleada que no iba a abonar la tarifa y le levantaron la barrera.
Un usuario de la autopista Rosario-Córdoba se negó a pagar el peaje en protesta por el evidente estado de deterioro que presenta esa vía de comunicación. El incidente se registró este último fin de semana cuando el automovilista regresaba a Rosario con su familia luego de pasar unos días en la ciudad de Marcos Juárez.
Angeles Cañete es la esposa de quien realizó la protesta y estaba presente cuando, ya cansado de transitar por el lugar que se encuentra en condiciones deplorables, se negó a pagar el peaje. El estado de la autopista Santa Fe, en el tramo comprendido entre Roldán y Cañada de Gómez, ha sido blanco de numerosas denuncias y quejas por el mal estado en que se encuentra el asfalto.
La Defensoría del Pueblo de Santa Fe se puso al frente de esos reclamos. El titular del organismo, Raúl Lamberto, pidió a la Administradora General de Vialidad Nacional y las autoridades del Corredor Panamericano II SA para que tomen acciones ante el mal estado de la autopista.
La mujer sostuvo que los viajes a esa ciudad de Córdoba «son frecuentes» y que su pareja siempre decía lo mismo cada vez que transitaba por la autopista: «no vamos a pagar el peaje, no puede ser cómo está la autopista, es imposible transitarla no sólo desde en Carcarañá, sino de Funes a Rosario también está mal».
Cañete sostuvo que en el último viaje de regreso a Rosario, cuando llegaron a la estación de peaje de Carcarañá, su pareja decidió cumplir con lo que tanto había anunciado, ya cansado de lidiar con una calzada en pésimo estado.
«Pensábamos que nos iban a demorar, que tendríamos que firmar un acta. Cuando llegamos al peaje, mi marido le anunció con muy buenos modales a la empleada que estaba en la cabina que no íbamos a pagar en disconformidad con el estado la ruta», sostuvo Cañete.
La mujer describió la reacción de la empleada ante el anuncio. «La chica se quedó mirando. Se dio vuelta y habló con el superior que estaba justamente ahí, en la cabina. Enseguida levantaron la barrera y nos dejaron pasar. Así de simple, como que aceptaron lo nuestra queja», contó.
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LA Capital.-